Pasar al contenido principal

Iglesia Fortaleza Arciprestal de la Asunción

Gótico valenciano, S. XVI – XVII (1582-1667) - Monumento histórico nacional

El conjunto de la iglesia presenta un planteamiento funcional exterior de carácter militar, ya que Vinaròs carecía de castillo o fortaleza que protegiese la ciudad. De hecho, el edificio desempeñó funciones defensivas durante la expulsión de los moriscos, durante el reinado de Felipe IV, como protección ante los piratas y corsarios turcos, durante las guerras Carlistas y durante el último cuarto del siglo XIX, cuando la iglesia se convirtió en cuartel por mandato del general Jovellar.

Esglèsia fortalesa

Por ello, la construcción aúna funcionalidad religiosa y defensiva, y posee los rasgos propios de los templos fortaleza mediterráneos: torre sólida, paso de ronda en la parte superior, muralla sobre los corredores, muros en talud, muros con troneras y aspilleras, etc. La iglesia, obra de los maestros franceses J. Triafont y M. Valganbol, está formada por una nave central y capillas laterales entre los contrafuertes. Asimismo, destacan sus pinturas de arquitecturas fingidas en el muro exterior, las únicas de estas dimensiones en la Comunitat Valenciana.

Plaza parroquial · C/ Sant Cristòfol · Tel. 964 451 933
Horario: todos los días de 10:00 a 13:00 h y de 17:30 a 18:30 h

Portalada barroca, S. XVII – XVIII (1698-1702)

La portalada es un retablo de dos cuerpos, obra de J.B. Vinyes y de B. Mir: uno de base más sólida y, el de arriba, más esbelto, rematado por una cornisa. La piedra base procede de las canteras locales de la sierra del Puig, la piedra oscura de Chilches y la piedra blanca de los yacimientos situados entre Vinebre y Ascó. Destacan las dos parejas de columnas salomónicas rematadas con capiteles corintios y el anagrama de la Virgen envuelto de ángeles y motivos florales.

Portalada plateresca, S. XVI (1560)

Se trata del único vestigio existente de la antigua iglesia. Constituida por dos pilastras adosadas que sobresalen dos tercios de la pared, cuyo final es rectangular, y un arco de medio punto completamente liso. Cada dovela del arco está decorada con un querubín. La portalada está rematada por una hornacina con la imagen de Nuestra Señora de la Asunción, obra del escultor vinarocense A. Serrano. El conjunto se completa con unos querubines que llevan el anagrama de la Asunción, con la fecha de la construcción y la inscripción “Veni Coranaberis”. Asimismo, llaman la atención los dos medallones con los rostros de San Pedro y San Pablo que miran hacia el interior.

Esglèsia fortalesa

      

Torre del campanario, S. XVI-XVII

De base cuadrangular, tiene una altura aproximada de 33 metros. Es sólida y robusta, propia de la arquitectura puramente militar, con muros que llegan a un espesor de 170 cm. Presenta cuatro plantas en su interior: en la primera, albergó la cárcel, conocida popularmente como “la perrera”; en la segunda, alberga la maquinaria del reloj. La tercera es la planta diáfana, y la cuarta es la sala de campanas. Las campanas también eran utilizadas como elemento defensivo, sobre todo en el caso de ataques de corsarios y piratas, cuando se realizaba el popularmente llamado “toque a moro”. Cabe resaltar también la escala de caracol del interior y las vueltas de las diferentes salas. 

Capilla de la Comunión, S. XVII y XVIII

Adosada a la iglesia y comunicada con ella por el interior, se construyó en dos fases. En la primera fase, que tuvo lugar entre 1657 y 1667, las obras fueron llevadas a cabo por J. Ibáñez. La segunda fase, proyectada por el arquitecto vinarocense Pere Gonell, se finalizó en 1794. El dintel adovelado barroco a través del cual se accede a la capilla es obra de A. Ximbó y presenta dos pilastras que sujetan un frontón dividido en dos, decorado con bolas y puntas de diamante en los lados que alberga el emblema eucarístico. En él se observan interesantes trabajos de estuco policromado (1768) que se atribuyen a J. Esteve Bonet. Los relieves, cornisas y dorados que decoran el interior son obra de R. Cifre e hijos (1918).